Glúteos: Lo que natura non da...la cirugía plástica presta

Las colas. También llamadas “cachas”, “pompis”, “bombón asesino”, “pan dulce”, “tujes” o “bumbum” –por los brasileños-, y que los médicos nombran asépticamente como glúteos, no siempre viene “de fábrica” tal y como nos gustaría. Son muy habituales las colas chatas, exuberantes o fláccidas, lo que en cierto modo vuelve infelices a sus portadoras.

Existen múltiples factores que influyen en la forma y posición de la “parte baja de la espalda”, lo que se traduce en diversos grados y tipos de deformidad en la zona.

Por un lado, están los componentes de origen genético o étnico. Las mujeres de ascendencia oriental, por ejemplo, suelen tener la cola más chata que las occidentales. Pero además, la forma de los glúteos está determinada por múltiples elementos anatómicos: huesos, músculos, grasa subcutánea y piel. Por el otro, juegan los factores de tinte cultural como la vida sedentaria y la dieta basura, que tanto contribuyen a formar los pozos celulíticos. Y hasta pueden llegar a influir, en cuerpos ultra sensibles, golpes repetitivos o exceso de inyecciones durante la infancia.
Pero –gracias a los avances de la cirugía estética- para cada problema, existe generalmente una solución. Aquí hay una lista de opciones para empezar a buscarla.


Caídas y chatas

Esas nalgas planas y sin proyección pueden convertirse en sensuales, redondas y bien firmes con la introducción de rellenos. Para ello se puede recurrir al injerto intramuscular de grasa o a los implantes de silicona, similares a los de las mamas, pero de mayor consistencia.

La “opción natural” consiste en la introducción de grasa previamente extraída de otra parte del cuerpo mediante una cuidada técnica de lipoextracción que mantiene los adipositos vivos y saludables. Estas células grasas se mezclan con PRP (Plasma Rico en Plaquetas) que asegura una mayor supervivencia del injerto.

Con cánulas especialmente diseñadas se introduce el injerto en las distintas capas que posee el músculo glúteo y, si fuera necesario en el tejido subcutáneo para reparar las depresiones que pudieran existir en la piel. Se realiza con anestesia local y no quedan cicatrices visibles.

Si no hubiera suficiente grasa para transferir se deberá recurrir a implantes de siliconas emplazadas bajo los músculos glúteos.

La intervención, que suele durar alrededor de hora y media, se realiza con anestesia local tumescente (se diluye el anestésico local, lidocaína, en grandes volúmenes de suero estéril, utilizándose para cada procedimiento el volumen justo y necesario que otorga al paciente una confortable analgesia durante el acto quirúrgico) para que la cirugía resulte menos riesgosa y la recuperación, más rápida.

Luego de unas horas de recuperación, la paciente vuelve a su casa con una faja que deberá usar durante unos veinte días.

Los tres primeros días del postoperatorio son incómodos y puede sentirse algo de dolor. Se puede dormir normalmente y sentarse apoyando la base de la cola. A las tres semanas estará libre para hacer una vida normal; inclusive para ejercicios moderados como la natación y la marcha.

¿Quiénes son las candidatas? Preferentemente mujeres delgadas con poca masa muscular en la zona. En este caso la edad es un factor limitante, dado que el tono muscular disminuye con los años y no se puede garantizar un resultado ciento por ciento satisfactorio.

Una advertencia: quienes tienen implante no pueden aplicarse allí inyecciones intramusculares.

Demasiado grandes

En estos casos, la Laserlipólisis es el procedimiento más adecuado. Por este sistema se remueve el exceso de tejido adiposo localizado resistente a las dietas y a la gimnasia.

Utiliza el rayo láser de Nd: Yag que remodela la cola, actúa en forma selectiva sobre la grasa, la disuelve y convierte en una emulsión oleosa que es eliminada por el organismo en forma natural. De este modo, reduce el volumen de la cadera.

La recuperación suele ser rápida y segura. Se trabaja con anestesia local tumescente, sin internación. El paciente puede retomar su vida normal veinticuatro horas después.
Están contraindicados los ejercicios aeróbicos por veinte días.

Con cicatrices

Estos casos constituyen un capítulo aparte. Las marcas en los glúteos se deben, generalmente, a las complicaciones que pueden traen inyecciones mal aplicadas o infecciones (abscesos). Se deben corregir específicamente los distintos problemas, que van desde la extirpación de las cicatrices deformantes hasta la introducción de injertos grasos o subsición por radiofrecuencia, según sea necesario.

Flácidas

Este problema se puede atenuar con un lifting de glúteos con hilos tensores. Basta un hilo quirúrgico que se introduce en el tejido subcutáneo de los glúteos a través de una aguja curva, para tensionarlos y levantarlos y darles la proyección deseada. El procedimiento demora entre treinta y cuarenta minutos.

El médico, antes de aplicar los hilos, realiza unas marcas en el nacimiento del pliegue del glúteo, en el punto troncal del hueso que sobresale en la cadera, y dentro del pliegue, a un centímetro del coxis. Las marcas sirven para saber exactamente dónde se introducirá la aguja, la forma que deben seguir los hilos y la tensión exacta que se les debe dar.

Los hilos se colocan dentro de la grasa y permanecerán allí toda la vida. Los hilos que se utilizan son de uso habitual en cirugía.

Para la recuperación es imprescindible usar una faja especial de compresión que disminuye las molestias y reduce la inflamación. Se pueden presentar molestias que desaparecen después de una semana. Se puede retomar la actividad deportiva en tres semanas.

Pueden realizar este lifting mujeres de cualquier edad, que sólo necesitan una pequeña tensión. El médico estudia la “fatigabilidad” de los tejidos. Un músculo muy fláccido y sin poder de contracción no es un buen candidato.

Glúteos en tres dimensiones

La Gluteoplastía Tridimensional es lo último en tratamientos para que las nalgas tomen un aspecto más armónico.
Consiste en la remodelación tridimensional (en tres planos) de los tejidos glúteos.

A diferencia de los procedimientos tradicionales que aplican lipoaspiración o lipoinjerto, esta opción busca la redistribución de los componentes adiposos de la cola y áreas cercanas, combinando técnicas mínimamente invasivas como la Laserlipólisis, la Lipomovilización interna y la suspensión con hilos especiales dispuestos en dirección anti gravitacional.

Este procedimiento se realiza con anestesia local tumescente, sin internación. Luego de la intervención es necesario usar una faja por veinte días.
Se puede volver a la vida habitual al día siguiente de su realización y reanudar la actividad física al mes.

Se combina la grasa con PRP (Plasma Rico en Plaquetas) que posee en su interior Factores de Crecimiento que se extraen de la sangre del paciente justo antes de la intervención, y que una vez aplicados con la grasa favorecen la integración del injerto en su nuevo emplazamiento asegurando un mejor resultado final.

 
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